cada segundo de
mi silencio
equivale a una baldosa
se va formando
un estrecho camino
tierroso y frágil
(desde la garganta hasta la cabeza)
a otro mundo
nado donde el polvo
es pesado
aguas turbias
sin memoria
ahí la comodidad
no existe
cuando despierto
tengo una fuerza
de aventurarme
casi ciega
aunque desconsolada
me encuentro en la cocina
hurgando
con los dientes
del pensamiento
empecinada en reconstruir
los recorridos de la noche
Muy bueno.
ResponderEliminarEy.gracias...
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