jueves, 21 de junio de 2012

o quizás caigo en la horrible verdad
consiste en enterarme que ya no soy ningún puro animal que anida en árboles calentitos.
acaso soy solamente un ser humano
acaso en estos momentos no me parezco a ningún bello animal.
ni a un pajarito trémulo.

de todos modos, los pajaritos cantan, tienen color en la pancita y en el lomo,
vuelan alto y bajo, acarician las partículas de aire mientras circunvuelan las hojas flotantes
por lo menos así me siento mientras te abrazo y te canto con el corazón

no puedo escapar de mi ternura
no puedo escapar de mis cantos de ave ni de mis risas de ardilla.
lo que más anhelo es un beso tibio, el nido de su pelaje ruloso
no me voy a alejar del camino que deja por los aires su olor violeta
no me voy a olvidar que los dos somos violetas, y que mi corazón violeta se lo regalo entero,
porque ahora sólo vive contento cuando circunvuela, como las avecillas, su ser violeta.
se lo regalo entero

2 comentarios:

  1. Pero, nos restan unas pequeñas, tímidas alitas por detràs de las clavículas.

    Creo que con estas, si, con èstas podremos trazar un nido sobre la arena.

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