Sólo una cosa me era imposible: arrancar el oscuro fin oculto en mi interior y proyectarlo fuera de mí, en cualquier lado, como lo hacían otros que tenían la seguridad de querer llegar a ser profesores o jueces, médicos o artistas, y sabían cuánto tardarían en serlo y qué ventajas les reportaría. Para mí era imposible. Quizá llegase un día a ser algo semejante, pero ¿cómo podía saberlo ahora? quizá tuviese que buscar y rebuscar el camino años y años y no llegase a ser nada ni alcanzase ningún fin. Y quizá alcanzase un fin, pero un fin perverso, peligroso y temible.
Quería tan sólo intentar vivir aquello que tendía a brotar espontáneamente de mí. ¿Por qué habría de serme tan difícil?
Hermann Hesse, fragmento de Demian.
No hay comentarios:
Publicar un comentario