sí, la eternidad de todo el ser. basta de esconder las esquinas de las vidas. recién ahora descubro que mi lado oscuro se hace palpable con las palabras, en las palabras siento el sabor de la tristeza, la desesperación y el miedo, tan dulce e inefable como mi alegría. puedo ver que entro al terreno prohibido -ese lugar que comenzó a descubrir sinclair a los once años- a través de la escritura. puedo amar mis emociones todas, y cruzo un umbral de a poco, como si mis pasos fueran migajas, gotas. a veces me arrojo a la oscuridad absoluta, ¡qué golpes fuertes!
No hay comentarios:
Publicar un comentario