entonces el refugio ya no existe
la coacción tampoco.
soy yo
y el impulso natural
en este momento
con una cáscara de mandarina
a punto de escupir la semillita,
antes
llegando a casa
chocándome, casi, con una mariposa blanca pequeña
parecía un pedazo de seda con vida
anoche
recostada con el alma abierta
todo abierto
los sentidos
la corola coloreada
la y las
de todos nosotros
los seres impulsados por nuestra mezcla.
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