martes, 9 de abril de 2019

mis gotas de alivio
se  murieron de risa
mientras tocaba el hammond
y se difundían las caras
el mono rasgaba
con intensidad el piso
pedía y pedía
tenía sed
hasta que de un ataque
de grito musical -que encajó perfecto-
se esparció saltando
fundiendo el aire rojo humeante
con el suelo
mis dedos se descontrolaron
no me importó nada
sí seguir en esa isla
observando aves y piedras rozando
voces armonizando hojas volando
luces bajando
cueva esperando bajo marcando
follaje respirando

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