desde septiembre los sauces los eucaliptus los cactus y las flores me hablaban...
pispeaban en mi mente, caían de repente en mi pelo como saludos efímeros pero inmensos.
qué hermosa es la tarde
cuando los deberes desaparecieron al fin
y el ocaso besa apasionadamente al sol,
este se sonroja y libera azules, rosas y violetas, todas auras para el canto de los pajaritos.
el canto especial, crepuscular,
el canto de un día bajando.
la gente camina con sus perros
los sencillos, las bicicletas, los aromas diferentes.
se mezclan y forman un mundo.
ahora claro está, que existen infinitos mundos
infinitas dimensiones dentro de nuestra tierra.
con cada elemento nuevo
un nuevo paisaje
una nueva silueta de viento
una nueva sonrisa animal.
oh cuán callados estaban los árboles en mi corazón
hasta que absorbí mis frutos y todos los jugos de las esencias humanas
humanas y florales
me escabullí, me liberé, salté y corrí de dimensión en dimensión
desde el chaparrón hasta el techo y la guitarra,
desde las silabas cantadas y el vals con melódica,
de dimensión en dimensión
se descubre la primavera y mi desnudez con el verdadero ser
la creación suelta los nudos
dibuja suspiros en los amarres y los desata
la creación se convierte en sonidos y revirajes del alma.
la creación me envuelve en sus reales fortunas sus reales tesoros
la creación me pacifica desde las plantas hasta el aire coloreado.
escondí mis deseos de vivir en el deber
hoy encendí la adrenalina querida
solté las campanas y el dinero siempre repudiado
me fui con los sauces y las lilas.
me fui a la amistad de los mundos entre humanos y naturaleza pura.