jueves, 15 de diciembre de 2011

violeta baile nocturno
cansada serenata despilfarrada
abrazo mocho
viento que se lleva el silencio tranquilo
para arraigar entre nuestras caras el silencio que no queríamos

aunque sea primavera, dolorcitos

aunque el resfriado me guarde
puedo sentir el fresco del alma
sin contar los dolores que yo misma busqué.

he pintado mi cuerpo
con dulces penas que cambiaban de color:
brillante rico efímero
después penuria disuelta en sueño y
duda


lunes, 12 de diciembre de 2011

en él, los dedos sobre el piano iban más rápido que la mente.
estaba ansioso por recordarr el jugo y percibir el color de la obra.
el color de verdad.

en mí, la mente formó parte de un sueño verdoso
la sinestesia fluía por mi mente, fotos guardadas se diluían y mezclaban y
se sensibilizaron mis labios, el cosquilleo y la risa salió de pronto.
me transporté al bosque imaginado
las ardillas se precipitaban fuera de los hoyos, alrededor de los árboles,
los pájaros corrían y mostraban sus alas amarillas,
sentí el verdín, las flores silvestres, los halos de luz y las hojas alegres
la primavera en siesta se iba despertando,
los animalitos corrían saliendo de la oscuridad
no se escabullían

oh,
qué hubiera sido de mí si la música continuaba!
mi cuerpo desvanecido, mi mente transportada en colores y olores,
en sonrisas de toda la creación
si el piano hubiera seguido la carrera primaveral
puros y suaves vientos me habrían acariciado los pómulos
insectos habrían comenzado a sonar volando y silbando.

cuando una armonía nace, todo sonido es parte de ella
incluso los ni pensados escondrijos de la mente,
los colores guardados y las almas celestes del aire,
todo se lleva a una música, todo suena.




domingo, 11 de diciembre de 2011

ahora escucho mi dosis diaria de pescado rabioso, esta vez más fuerte. los escrupulos y la cautela llegan tarde, me vuelvo un color tapado, un color oscuro, así visto desde afuera.
y desde mí, mí, mi adentro marmolado, se pueden escuchar los trinos los plañidos de las guitarras de viento. chocándose se dan el mensaje, el que grito cuando me escondo de algún paseo con compañía. el escondite del amor. el escondite de la verguenza. el escondite que esconde un corazón, se puede entrever desde unos pequeños agujeros, la música alada, el ruido del alma, un ruido que no sé si es puro o metálico, es que se encuentra mezclado entre ríos pieles deberes y liebres tontas.
quién sabe cómo se va a sufrir, o cuál es la dosis necesaria de pescado rabioso para desenamorar al sufrimiento de mi interior.
hacelo por mí pequeño ser...

lunes, 5 de diciembre de 2011

la paz entre el abrazo
deidades son células y espíritus en conjunción con la primavera
deidades son todo
cuando existe el abrazo.
desde septiembre los sauces los eucaliptus los cactus y las flores me hablaban...
pispeaban en mi mente, caían de repente en mi pelo como saludos efímeros pero inmensos.
qué hermosa es la tarde
cuando los deberes desaparecieron al fin
y el ocaso besa apasionadamente al sol,
este se sonroja y libera azules, rosas y violetas, todas auras para el canto de los pajaritos.
el canto especial, crepuscular,
el canto de un día bajando.

la gente camina con sus perros
los sencillos, las bicicletas, los aromas diferentes.
se mezclan y forman un mundo.
ahora claro está, que existen infinitos mundos
infinitas dimensiones dentro de nuestra tierra.
con cada elemento nuevo
un nuevo paisaje
una nueva silueta de viento
una nueva sonrisa animal.

oh cuán callados estaban los árboles en mi corazón
hasta que absorbí mis frutos y todos los jugos de las esencias humanas
humanas y florales
me escabullí, me liberé, salté y corrí de dimensión en dimensión
desde el chaparrón hasta el techo y la guitarra,
desde las silabas cantadas y el vals con melódica,
de dimensión en dimensión
se descubre la primavera y mi desnudez con el verdadero ser
la creación suelta los nudos
dibuja suspiros en los amarres y los desata
la creación se convierte en sonidos y revirajes del alma.
la creación me envuelve en sus reales fortunas sus reales tesoros
la creación me pacifica desde las plantas hasta el aire coloreado.

escondí mis deseos de vivir en el deber
hoy encendí la adrenalina querida
solté las campanas y el dinero siempre repudiado
me fui con los sauces y las lilas.
me fui a la amistad de los mundos entre humanos y naturaleza pura.


uno comienza a escribir cuando se alejó del espanto, de la civilización rebañada, de la habladuría plagal, del oscuro calendario.
ahora comienzo a escribir.
después de tanto dormir en cerrazones prestadas y regaladas
después de andar entre cañerías frías
ahora comienzo a escribir
a andar entre el césped nunca olvidado, siempre anhelado.