no me sonrojo con las sonrisas de la primavera
en el anochecer me evaporo
y viajo con las hojas.
zumbo con el viento
me recuesto y las manos de las flores me remueven
hasta encontrarme rodeada del aura con aromas pertenecientes a ellas, con alguna virtud mía.
les canto y les escribo
son mi caricia
¿tendrán alguna forma de leer esto, todos los seres, aromas, catalizadores, y alquimistas que hacen el paisaje?
mi existencia
indudablemente se basa
en la sonrisa ciega de la naturaleza.
no puede ser un elemento mundano:
me siento tibia bajo la mirada de los árboles
apaciguada en los perfumes
estamos rodeados de una prueba de algo
el interruptor de la vida.
a veces estoy cansada de tristeza
lloroza de nostalgia
ahí es cuando voy a mi jardín.