domingo, 28 de agosto de 2011

tengo que dejar de pensar en cómo escribo, qué escribo, qué palabras me faltan, y empezar a llenarlas de jugo. puedo utilizar la palabra mierda, y puede ser mas bella que cualquier otro término. todo es relativo, la relatividad del poema nace del pensamiento, de las mezclas únicas del alma, de un pedazo de paraíso interior que se plasma de repente, así, tan simple, en un espacio propicio.
empezar a hablar de cuántas palabras NO
empezar a escribir el espasmo, el flujo intenso del cadáver cuando un sentido mutiló a la muerte y resucita expresando su suicidio convirtiéndolo en el suicidio inverso, en la entrega de las palabras, yo entrego las palabras, entrego una suciedad una mugre a través de ellas.
empezar a escribir el amor, que es el objeto desconocido que veo en el cielo cuando estoy en la ruta, lo veo y no lo veo, se acerca, me cega la luz, así es, me cega y mis manos cambian de temperatura. todo está caliente y soleado, pero parece que algo más había en el cielo o en el capote, o en la zanja de afuera, que terminó con todo el surgimiento raro de una desmesura de sabor de deseos. el amor como el objeto deseado y no deseado. es relativo por eso las palabras tienen infinitos significados.

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