jueves, 25 de agosto de 2011

extravagante, vagando... no mas extravagancia, novagancia! gancia, con lima-limón. lima, de uñas? lima, limón? limonada. nada de limon? o nada de nada, y un poco de limón. caminemos. no te asustes, eso era lo que yo pensaba, hace un rato, todas esas palabras, pero, primero la verdad, despues el exotismo. ¿qué haremos, hoy, llamamos a paula? ella nos dará hielo y pour toujours.
no nos metamos en el libro, en el libro de paula. agarrá, mirame bien, agarrá tus propias hojas. escribamos. escribí tu piel, no hagas reservas de tu mar porque todo está listo. la guitarra, tu piel, la idea, desnuda, no estornudes, es tu vuelo, es la caída, es la escritura, las parrillas no existen, el vuelo ardiente, y las hojas comunes en lugares comunes, no son tan comunes. son unas hadas preciosas, las que visitan a las pérdidas de tiempo. de repente, estando ahí parada, perdiendo minutos, colectivos, lagrimas, todo tiene sentido. ¿por qué tiene sentido? ¿porque escribo?
es un artilugio poderoso no me lo podés negar. salite vamos, de tus márgenes, los umbrales inútiles. el lugar común es de cuento fantástico cuando uno se sale de él. desertores hacia una selva que nos quiere. es así de simple, por qué tenía que seguir ese sistema? no se trata de no seguirlo, de la rebeldía. se trata de un cómo, el cómo inalcanzable. cómo quiero mis cosas, cómo quiero amar y tocar y escribir. el prejuicio es el botón de la máquina. el botón de encendido. me atendré a apretar el botón deseado, el amor propio y el arte que es mi pájaro.

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