comienzo a escribirte
árbol frutal
tus palabras dulces y maduras
caen
sobre el pasto, entre la niebla
besan un suelo abandonado
por las ausencias furiosas
pero
basta
de esconderme en la habladuría
tan abstracta que es lejana.
debo decirte:
un barco se estremece y no puede virar
las líneas son colores
luces ahora vientos
prejuicio es ahora un beso
suave y sanador
de un amortiguado fenecimiento
que cuando se acerca
ensordece, nos mira y atenta
a las transparencias.
ahora el beso es la llave
el desembarco hacia la natividad tibia
de un interior cautivo hace mucho tiempo.
desde el otro día
energía
lluvia de frutos
sabor
caricia quizás insana
no me importa
porque son estas palabras nuevas
que no implican limitaciones
para moverme
hacia vos
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