la espera el destino

acordate, clara
espera crispada
prendida y apagada
por el fuego
del olvido todos ellos
los naufragos
todos nosotros
tocamos la superficie
de la transparente eternidad
que parece un pozo ciego.

tarda visualisación de
una línea lejana
para siempre gris.
qué pueden estos perdidos
hacer
cuando ya no existe
ese final
que no se conoce
por eso desaparece.

sucios
con las pisadas inolvidables
con el propio germen
sin desplegar
mirando tambien
el horizonte perdido
como nosotros,
nos desucamos por abrazo
y a veces
salimos indemnes
nosotros los naufragos
fortificados por la dolorosa cincelada
del dios desconocido.