esos que ví a seis metros de distancia
acompañados de una mirada de historias
y una miel indefinida,
acariciaran mi rostro
o
simplemente,
se movieran en silencio
sonriendo y abriendo el anfiteatro
para que el destino juegue
y sus piruetas -que parecen inconclusas pero no lo son-
me alcancen
me alcancen de verdad algún día.
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