sábado, 2 de octubre de 2010

su corazón

El de ella ya se dejó doler a medias, y ese único canto terminó.
Sus brazos se queman en el suspiro helado del viento. se ve desde un rosa viejo y desde un balcón imaginario, su furia disuelta por mañanas inertes.
Así es en septiembre, así es ella. suspiros y encuentros con el aire, haciéndose de noche. Algo hermoso ve en esta eternidad neutra. Ella abre los ojos frente al respiro prodigioso del silencio, el respiro verdadero que envuelve de tranquilidad el alma.

Sin embargo siempre yace el sin embargo.



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