oh penita, de las crueles y coloridas penas.
primero encendiste la única luz.
riéndonos de nuestra simbiosis,
nos prestamos a la experiencia oscura
de un cariño oscuro.
pasaste tus dedos por mi rostro
dibujaste en mis rasgos.
segundo sentí la luz debajo mio cuando tocaste mis labios.
el miedo nos concedió la sonrisa cauta,
yo entonces decidí cegarme, soplarte aliento.
recorrerte como vos me hiciste.
y riéndonos de nuestra simbiosis,
la tensión divertida explotó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario