lunes, 27 de agosto de 2018

leyendo cosas del pasado me pregunto: qué tan profundo de mis profundidades cabé? y eso sí lo hice sola. jugué peligrosamente con el vacío. peligrosamente con el aislamiento. 
cavé profundo y empezó a surgir agua. agua mucha agua. por eso tuve que aprender a nadar. y ahora cada vez que nado en una pileta en un río en sueños o mentalmente, estoy ahí sola con mis impulsos peligrosos y con mi vulnerable prudencia.
ya estoy oliendo el aire de la primavera
la primavera me trae la noche en bicicleta
buscando cavar en el viento
sin parar pedaleando oscura
encontrándome con sombras
que me atraen pero sólo me dan sed
y más sed.
cuando escribo me doy cuenta cuánto pendemos de los pensamientos
un enunciado cambia todo
abre un plano que era solo un posible plano
allí me voy, al vacío de no decir nada.
es control que al conseguirlo es hastioso
es una nostalgia que me dice que fui
y ahora que soy
lo que soy es una construcción de tantas cosas que fueron y vinieron
el viento que cavé
el viento que tragué
por qué no me quiero y ya?
qué tanto buscar viejos cuerpos?